APÓSTOLES
Vocabulario bíblico
La palabra griega "apóstolos"
significa enviado. Los judíos solían decir que el enviado de
un hombre es como si fuera él mismo. Por eso, el apóstol o
enviado tiene especialmente la función de hacer presente a quien lo
envía.
En los evangelios reciben el nombre de apóstoles los
discípulos más cercanos de Jesús (Marcos 3, 13-19),
a quienes él envió como mensajeros de la buena noticia. Su
misión consistía en hacer presente a Jesús o en ir anunciando
su llegada en las ciudades y aldeas a las que él pensaba ir (Lucas
10,1). Por eso, antes de enviarlos, el Señor los invita a estar con
él. En esta cercanía continuada, los discípulos que
van a convertirse en apóstoles escuchan las palabras de Jesús
contemplan sus signos; palabras y signos de las que más tarde tendrán
que dar testimonio. En los evangelios el grupo de los apóstoles prácticamente
se indentifica con el grupo de los Doce, sobre todo en el evangelio de Lucas
y en el libro de los Hechos, donde los apóstoles son ante todo los
testigos de la resurrección de Jesús (Lucas 24, 48; Hechos
1,8).
En las primeras comunidades cristianas, sin embargo, el apostolado
no parece estar reservado al grupo de los Doce. Las cartas de San Pablo hablan
de otros que ejercen este ministerio (Romanos 16, 7), y el mismo Pablo se
atribuye repetidamente el título de apóstol y el consiguiente
ministerio (Romanos 1, 1; 1 Corintios 1, 1; 15, 9-10 Gálatas 1, 1).
En el abanico de los diversos carismas con que el Espíritu ha dotado
a la Iglesia, los apóstoles ocupan el primer lugar como testigos de
Jesús resucitado y moderadores de los demás carismas (1 Corintios
12, 28-30).