La apostasía consiste en el abandono total de la fe
auténtica.
Según las sectas, esto sucedió con la Iglesia Católica. Según los mormones, esto sucedió alrededor del año 100 con la muerte de San Juan, el último apóstol. Según los adventistas del Séptimo día, esto sucedió «pronto», con el establecimiento del domingo en lugar del sábado, como día de guardar. Según los testigos de Jehová, esto sucedió en el cuarto siglo con Constantino. Generalmente citan Mt 24,1; 1Pe 2,1 y Hech 20,29.
¿Qué
decir al respecto?
Que se trata de algo simplemente imposible. Acordémonos de las palabras de Jesús:
Los
poderes del infierno
no prevalecerán contra ella (Mt 16,18).
Yo
estaré con ustedes todos los días
hasta que termine este mundo (Mt 28,20).
Vayan
por todo el mundo
y prediquen mi Evangelio a toda creatura (Mc 16,15).
Yo
rogaré al Padre, y Él les enviará a otro
consolador,
para que esté siempre con ustedes (Jn 14,16).
Jesús prometió estar siempre
con Su Iglesia, hasta
el fin del mundo, no obstante todas las infidelidades y traiciones.
Habló también de falsos
profetas y falsos cristos. Pero
nunca dijo que estos lograrían acabar con la Iglesia.
En 2Tes 2,2-3 se dice que antes que Cristo venga, habrá la gran
apostasía. Y realmente notamos como cada día surgen
siempre más sectas y siempre más alejadas de Cristo, su
Evangelio y su Iglesia. Pero no se dice que esta apostasía
llegará a acabar con la Iglesia fundada por Cristo
personalmente, para dar origen a «otra» u
«otras» iglesias, supuestamente mejores.
En realidad, esto es lo que afirman las sectas: «La Iglesia que
fundó Cristo ya se acabó con la apostasía. Ahora
nuestra Iglesia es la verdadera, porque «guarda el
sábado», «está llena del Espíritu
Santo», «predica el evangelio», etc.
Esto no corresponde al dato bíblico. En efecto, en ninguna parte se dice que, después de la apostasía, surgirá otra iglesia mejor. Lo que dice la Biblia, es que:
•
La Iglesia que fundó Cristo, durará hasta el fin del
mundo.
•
Habrá siempre «apóstatas»,
«anticristos», «falsos profetas» y
«falsos cristos» (las sectas).
• Todos estos nunca lograrán acabar con la Iglesia que fundó Cristo.
La
idea de «otras» iglesias aparte de la que fundó
Cristo personalmente cuando vivió en este mundo, es
antibíblica.
Todas
las citas bíblicas que presentan los sectarios, son un pretexto
y nada más.
Si fuera cierto lo que dicen las sectas, habría que concluir que
la Biblia salió de una iglesia apóstata (Sínodo
Romano, año 382 d.C.; Concilio de Hipona, año 393 d.C., y
Concilio de Cartago, año 397 d.C.). ¿Qué
garantía tendríamos, entonces, para afirmar que la Biblia
es «Palabra de Dios»?.
Página Principal
(Pbro. José Manuel Silva Moreno)