BEATA ANUNCIATA
COCCHETTI
23 de marzo
1882 d.C.
Nació en Rovato (Italia), en una familia rica de
revolucionarios. A los 19 años, después de unas misiones
predicadas en su pueblo, decidió vivir sólo para Dios y
se dedicó a una vida de intensa piedad y ascesis espiritual. En
su casa instruía y educaba a muchachas abandonadas. En 1922,
obtuvo el diploma de maestra y fue la primera profesora de la escuela
municipal de Rovato. Es por aquella época que conoce a santa
Magdalena de Canossa y se propone abrir una casa
«canosiana» en la zona de Brescia, pero el intento no
fructifica, y Anunciata ve que está llamada a otro camino
paralelo.
A la muerte de su
abuela, Anunciata queda a cargo de su tío Carlos (que era ya
tutor de algunos hermanos de ella), de ideales más
políticos y "modernos", que proyecta para la joven maestra un
casamiento de buena posición en Milán. Pero la beata no
renunció a su vocación religiosa, que cada día
veía más clara y firmemente. Adquiere experiencias en
Milán, pero los planes de su tío no se realizan, y
siguiendo la guía del padre Lucas, se traslada seis años
más tarde a un muy pequeño pueblo, Cemmo in Valcamonica,
donde se hace cargo de una escuela abierta por una señora noble,
Erminia Panzerini, desde 1821, pero que hasta el momento no
había conseguido arraigar: se trata de la «Obra de Santa
Dorotea» y Anunciata colabora fielmente con la fundadora y lleva
adelante la obra, ampliando las iniciativas de estudio y asistencia a
los jóvenes y trabajó en este pueblo durante diez
años, buscando siempre la voluntad de Dios.
Mientras, su director
espiritual había fundado un Instituto que tenía como
finalidad la caridad espiritual en la animación de una obra
seglar: el Instituto de Hermanas de Santa Dorotea. En 1842, fue a
Venecia para hacer un periodo de noviciado y fundó la comunidad
en Cemmo. Prácticamente puede decirse que es la religiosa
fundadora del Instituto. Su tarea espiritual al frente del mismo se
desarrollará aun por cuarenta años más.
Posteriormente su obispo le confió la naciente fundación
de las religiosas de santa Dorotea de Cemmo a las que dirigió
durante 40 años. Cada domingo recorría los pueblos
vecinos, afianzando a las colaboradoras de la Obra, y contribuyendo al
desarrollo de la vida parroquial en cada uno de ellos. En 1853
establece un noviciado propio en Cemmo y comienza a difundirse fuera de
Italia. Murió en Cemmo, y desde 1951 su cuerpo reposa en la casa
madre de la Congregación, en Cemmo. Fue beatificada el 21
de abril de 1991 por SS. Juan Pablo II.