BEATO ANTONIO ROSMINI
1 de julio
1855 d.C.
Nació en Rovereto. A los 16 años descubre la
vocación al sacerdocio, a la cual responde de inmediato, a pesar
de la oposición inicial de la familia. Su deseo de consagrarse a
Dios encierra también el de servir al prójimo con todos
los medios a su disposición: cultura y bienes materiales.
En 1821 fue ordenado sacerdote. Como estudiante de
Teología en la universidad de Padova era abierto a todas las
disciplinas para comprender mejor la problemática del hombre.
Invierte su energía de joven en grandes proyectos como por
ejemplo la “Enciclopedia cristiana”, en contraposición a la
francesa, y la Sociedad de los Amigos para la animación
cristiana de la sociedad.
A pesar que estas iniciativas no tuvieron seguimiento, es
en este periodo que descubre el principio esencial que guiará de
ahora en adelante su conducta. Se ofrece como instrumento a la
Providencia para cualquier bien que desee cumplir. Por lo demás
Rosmini se sumerge en un compromiso de continua conversión,
emprendiendo solo las iniciativas indicadas por la voluntad de Dios por
medio de la petición del prójimo. Aquí germina ese
servicio de caridad universal, que abraza todo el hombre y se expresa
como caridad material, intelectual y espiritual.
Fundó una nueva congregación sacerdotal
titulada Instituto de la Caridad. También fundó la
congregación de las Hermanas de la Providencia. Se trata del
famoso filósofo, que publicó muchas obras y dejo otras
escritas publicadas póstumamente y por las que tuvo problemas
con el Magisterio eclesiástico, que posteriormente lo ha
rehabilitado. Trabaja en un nuevo sistema filosófico. En 1848
trabaja como diplomático del gobierno del Piamonte ante la Santa
Sede.
En 1848, por encargo del rey de Piamonte Carlo Alberto de
Savoia, Rosmini regresó a Roma en misión
diplomática, con el objetivo de inducir al Papa Pío IX a
presidir una confederación de Estados italianos. Pero cuando el
Gobierno piamontés pretendió que el Papa también
entrara en guerra contra Austria, Rosmini renunció a su
misión diplomática. Pío IX le ordenó
quedarse en Roma. Se hablaba de él como próximo cardenal
secretario de Estado y, después de la fundación de la
República romana, como primer ministro. Pero él
rechazó presidir un gobierno revolucionario que privaba al Papa
de la libertad. El 24 de noviembre de 1848, Pío IX huyó a
Gaeta. Rosmini lo siguió. Pero pronto cayó en desgracia,
por estar en desacuerdo con la línea política del
cardenal Giacomo Antonelli, que quería que ejércitos
extranjeros apoyaran al Papa.
Durante su viaje de regreso al norte de Italia, en Stresa,
le llegó la noticia de que sus obras “Las Cinco Llagas de la
Iglesia” y «La constitución civil según la
justicia social» fue puestas en elÍndice de los
libros prohibidos. Más tarde, fueron condenadas con el decreto
doctrinal “Post Obitum” cuarenta proposiciones suyas,
extraídas de obras sobre todo póstumas y de otras
editadas en vida. Atacado por algunos jesuitas, pero confortado
por las visitas de sus amigos, entre los cuales estaba el escritor
Alessandro Manzoni, Rosmini transcurrió sus últimos
años en Stresa, dirigiendo las dos congregaciones fundadas por
él y escribiendo su obra «Teosofía». Esta
prodigiosa actividad la realiza junto a un largo sufrimiento, vivido
con fe heroica. Humillado y perseguido, mantiene intacto su amor a la
Iglesia, recibiendo todo como medio necesario para el progreso del
Reino de Dios. Rosmini se retiró a una casa de su
congregación, donde murió dando ejemplo de piedad y
virtud cristiana. Murió en Stresa.
Fue un precursor de varias reformas litúrgicas del
Concilio Vaticano II como la misa cara al público y que
ésta se dijera en lengua vernácula. Con el Concilio
Vaticano II el pensamiento de Antonio Rosmini es redescubierto y
estudiado. Juan Pablo II lo rehabilitó totalmente en el
año 2001 que revocó la condena a la que había sido
sometido en 1887 y sus escritos gozaron de las simpatías
del beato Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo I. Fue beatificado el 18 de
noviembre de 2007 por SS Benedicto XI.