BEATO ANTONIO PERULLES
ESTIVILL
12 de agosto
1936 d.C.
Nació en Cornudella (Tarragona). Siendo muy niño la
familia se trasladó a El Molar (Tarragona). Alumno del colegio
de vocaciones de San José de Tortosa, donde hizo todos los
estudios sacerdotales. Apenas ordenado subdiácono, al finalizar
los estudios de Teología, ingresó en la Hermandad de
Sacerdotes Operarios Diocesanos. Trabajó pastoralmente ocho
años como prefecto en el colegio vocacional de Burgos, donde fue
ordenado en 1916. En 1923 pasó como prefecto del seminario mayor
de San Jerónimo del mismo Burgos, donde permaneció seis
cursos; luego volvió al colegio de San José de Burgos
donde fue director durante tres años. En 1932 fue trasladado al
seminario de Orihuela, donde fue administrador, y en 1933 fue nombrado
rector del mismo seminario, cargo que ejercía cuando fue
martirizado. En Burgos fue un ángel de paz y concordia y en
Orihuela un buen formador de sacerdotes, de manera que fue voz
pública que con su santidad transformó el seminario.
En 1936, fue a Molá a casa de sus padres, donde
halló a su hermano sacerdote. Quiso quedarse en el pueblo para
atender a los fieles, pero con su hermano y el párroco, se
refugiaron en una cueva donde permanecieron poco tiempo, para
después regresar al pueblo. Como sabían lo que les
esperaba realizaron unos ejercicios espirituales de preparación
para el martirio. Los milicianos se presentaron en su casa y
pidió la absolución a su hermano. Se despidió de
su madre diciendo: “Madre, ¿no queréis que yo muera por
Dios?”, y su madre le contestó: “Sí, hijo mío, y
por la España católica”. Y se despidió de todos
hasta el Cielo. Fue martirizado en la finca De Blanch en el
término de Marsá (Tarragona), carretera de Molá a
Falset, a los 44 años, se dirigió a sus asesinos con la
misma serenidad: "disparad cuando queráis, y que Dios os
perdone". “Tenía fama de santo durante la vida; se ha
acrecentado después de su muerte, aureolado con el
mártirio”, dice un testigo.