BEATO ANTONIO JUNYENT
ESTRUCH
1936 d.C.
19 de agosto
Nació el 25 de
octubre de 1896 en Vacarissas (Barcelona)
Profesó el 15 de agosto de 1913
Sacerdote el 17 de diciembre de 1921
Mártir 19 de agosto de 1936 en Barcelona
Nació el 25 de octubre de 1896 en Vacarissas (Barcelona). Sus
padres fueron Francisco Junyent y Josefa Estruch. Fue bautizado
solemnemente en la parroquia de Vacarissas, diócesis de Vich.
Entró al postulantado de Vich el 7 de septiembre de 1908 y
allí cursó la Analogía, la Sintaxis y la
Retórica hasta 1912 con mucha aplicación. Sus prefectos
fueron los PP. Ramón Ribera y Gumersindo Valtierra.
Ese año pasó a Cervera para hacer el noviciado.
Tomó el hábito el 14 de agosto de 1912 y su maestro fue
el P. Ramón Ribera. Profesó el 15 de agosto de 1913,
emitiendo los votos temporales tal como había establecido el
capítulo general de Vich, 1913.
Los estudios filosóficos, la Lógica, la Metafísica
y la Ética, los realizó en Cervera en los años
1913-1916. El 18 de julio de 1915 recibió la primera tonsura con
otros 57 estudiantes de manos del Exc.mo Francisco de Asís Vidal
y Barraquer, ob. tit. de Pintacomia y Administrador apostólico
de Solsona. Allí mismo hizo los tres primeros cursos de
Teología, la teología dogmática, con grande
esfuerzo y tesón, ya que sus cualidades intelectuales eran
regulares, como él mismo comentaba casi en vísperas de
exámenes «los apuros que en tales cosas se pasan y los
apechugones para poder repasar toda la materia»[2]. Los cursos
cuarto y quinto de Teología, o sea, los estudios de Moral, los
realizó en Alagón, a donde llegó el 23 de julio de
1919. Su prefecto fue el P. José Fogued, futuro Prefecto
apostólico de Tunkí (China).
Hay que reseñar que tenía excelentes cualidades
literarias, especialmente poéticas y oratorias. Ya en 1919
obtuvo premio con accesit una composición suya en el certamen
Flor Mariana. En 1924 publicó algunas composiciones en la
revista Iris de paz, pero no quería dedicarse a dicha actividad,
o sea escondió, en cierto modo, ese talento por modestia y
porque lo consideraba tiempo perdido, ya que él deseaba ser
misionero. Estas cualidades le convirtieron en un excelente predicador,
capaz de hacerse entender por todos.
Fue ordenado sacerdote el 12 de marzo de 1921 en Zaragoza por el
Arzobispo de la misma Dr. Juan Soldevilla y Romero,
anticipándose a sus compañeros, por enfermo, y a los
pocos días fue trasladado a Cervera, a la finca del Mas Claret.
La enfermedad condicionó mucho su actividad. Le impidió
ir Aranda de Duero a hacer el año de Preparación. En 1922
fue a Barbastro como coadjutor del Prefecto de postulantes. Luego
auxiliar del prefecto de teólogos en Cervera. En 1924 le
volvieron las hemorragias, que le obligaron a dejar el cargo.
Ahí comenzó el rosario de los destinos: Lérida,
Berga, Solsona, Berga. Su ocupación principal fue la
predicación, novenarios, ejercicios espirituales, etc., con
mucha aceptación, por cierto. Fue un distinguido predicador. Una
predicación sencilla, como él mismo confiesa «ha
sido predicador sencillo, porque no valgo para otra cosa»[3].
Según los informes de la Provincia, en 1935 estaba
prácticamente inutilizado, o sea sin trabajo.
En febrero de 1936 fue destinado a Argentina. Él deseaba marchar
cuanto antes, pues no quería estar ocho meses sin hacer nada.
Tenía ansias de partir porque estaba hastiado del ambiente
antirreligioso de España porque el embarque estaba previsto para
agosto. Largo se lo fiaban.
Virtudes
Era hombre de fe extraordinaria, dispuesto siempre a aceptar la
voluntad de Dios.
También era muy piadoso y mortificado y tenía gran celo
por la salvación de las almas. Era muy devoto de la Virgen y del
Santo Rosario. Desde joven, 1919, demostró ser gran cantor de la
Virgen como poeta.
Como religioso era considerado ejemplar y perfecto, gran observante de
las santas Constituciones y muy obediente a los mandatos de los
superiores.
Era valeroso, intrépido, caritativo, humilde, sencillo y
pacífico.
Martirio
Como se ha indicado antes, el P. Antonio Junyent se encontraba en
Barcelona de paso para embarcar el 21 de agosto de 1936 rumbo a
Argentina, pero, como se ha dicho antes, el 19 de julio, ante el asalto
revolucionario a la casa e Iglesia de los misioneros, vestido de
paisano tuvo que salir de allí. El Padre se encaminó
hacia la casa de su hermana Mercedes, que vivía en Barcelona.
Allí estuvo hasta el 18 de agosto.
En este tiempo manifestó en varias ocasiones a su hermana que
antes que renegar de su fe, prefería morir por Jesucristo.
El día 18 de agosto salió de casa hacia las 10 de la
mañana para averiguar la salida de un buque para Argentina,
lugar de su destino. Fue a una agencia y al cabo de una hora
volvió asustado porque las personas que encontró eran
distintas de las otras veces y, al parecer, estaban con el fin de
obtener pasaportes y pasaje. Por el camino le siguieron dos individuos
a cierta distancia sin él darse cuenta. Uno de ellos dijo:
«Este debe ser un sacerdote, y con una blasfemia exclamó:
¿Le pego un tiro? y el otro repuso: No, déjalo en paz, no
sabes quien puede ser.
Hacia las cuatro de la tarde las patrullas se presentaron en la casa
preguntando si había algún hombre allí. Le
obligaron a salir y le pidieron que mostrase las palmas de las manos
para comprobar si tenían callos, para estos la suma prueba. Ya
se ve, repusieron, que nos has trabajado nunca, y se lo llevaron. Se
negaba a subir al auto preparado y a su hermana le dijeron que no se
asustara, que le llevaban a prestar declaración. Pero lo cierto
es que no le vieron más ni se sabe qué le sucedió.
Su cadáver fue llevado al Hospital Clínico, en cuyo
registro figura como entrado a las 8 de la mañana del día
20 de agosto y que había sido encontrado en Pedralbes, con una
nota que contenía todos los datos personales sin equivocar
alguno. Se ve que fueron tomados del pasaporte. Fue reconocido por
quienes le conocían así como las fotografías que
hicieron.