Se llamaba Antonio
Vici. Nació en Stroncone (diócesis de Narni) Italia. A
los 12 años ya estaba en el convento franciscano de la
Observancia de Fiesole en Toscana, allí tuvo como director
espiritual al beato Tomás Belacci de Florencia. Juntos
trabajaron en la enseñanza a los jóvenes y en importantes
misiones con la Santa Sede, y polemizaron con los "fraticelli" que
minaban con su conducta y doctrina el espíritu de obediencia a
la iglesia franciscana.
Fue enviado a la
isla de Córcega donde fundó muchos conventos, y luego al
convento de Carceri de Asís donde vivió por 30
años, una vida de penitencia y humildad hasta su muerte. En este
convento fue limosnero, pero su humildad le llevó a realizar los
trabajos más duros y humildes. Sus penitencias corporales fueron
durísimas. Murió en el convento de San Damiano con 80
años y lleno de méritos. Aprobó su culto Inocencio
XI el 28 de junio de 1687.