BEATO ANTONIO BAJEWSKI
8 de mayo
1941 d.C.
Juan
Eugenio nació en Vilna, Lituania, en el seno de una familia
burguesa. Hablaba correctamente varios idiomas. Ingresó en el
seminario mayor de Vilna, pero un año después dejó
el seminario y, en 1934, entró en los franciscanos de la
provincia polaca. Tomó el nombre de Antonio y en 1939 fue
ordenado sacerdote. Su primer destino fue Niepokalanów. El
guardián del convento san Maximiliano Kolbe, lo eligió
como segundo vicario del convento. Fue recordado por sus cohermanos
como sacerdote premuroso, de fe profunda, de espíritu de
oración y siempre delicado en su relación con el
prójimo. A causa de su mala salud, transcurrió su primer
periodo en Niepokalanów en el sanatorio de “Lasek”, inmerso en
el bosque.
Aquí
le sorprendió el inicio de la II Guerra Mundial, por eso no fue
arrestado ni deportado como los frailes de Niepokalanów. En
1941, la Gestapo lo deportó a Varsovia, junto con el padre
Kolbe, aquí Antonio animaba con extrema paciencia a sus
compañeros de prisión, invitándoles a un
comportamiento correcto y cediendoles su ración de comida.
Persistió en llevar el hábito franciscano y esto le
llevó maltratos por parte de las SS. En 1941 fue trasladado con
el beato padre Pío Bartosik a Oswincim-Auschwitz, y le fue
asignado el número 12764. Allí enfermó de tifus
abdominal, pero a pesar de su enfermedad, se dedicó al servicio
de los enfermos, ayudándoles fisicamente y espiritualmente,
principalmente con la confesión sacramentral, poniendo en grave
riesgo su propia vida. Soportó pacientemente los sufrimientos
del campo de concentración, y solía repetir: “estoy
clavado a la cruz junto a Cristo”. Exausto del trabajo forzado
murió, encargando a su confesor: “Di a mis cohermanos de
Niepokalanów que he muerto aquí fiel a Cristo y a
María”. Fue beatificado
por SS Juan Pablo II el 13 de junio de 1999.