HISTORIA
El Rey de Inglaterra, Enrique VIII, pidió al Papa
Clemente VII la anulación del matrimonio con su legítima
esposa, Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena. El Papa
se rehusó con toda razón, fiel al mandato de Cristo:
«Lo que Dios unió, no lo separe el hombre» (Mc 10,9).
Entonces, el Rey separó su país de Roma, es
decir del Papa, declarándose Único y Supremo Jefe de la
Iglesia de Inglaterra, el año 1534. Así pudo realizar su
deseo perverso.
Poco después mandó matar a su nueva esposa,
para casarse con Juana de Seymour. A la muerte de ésta
última, se volvió a casar con Ana de Clèves, de la
cual se divorció para casarse con Catalina Howard.
También a ésta mandó a ejecutar, para casarse con
Catalina Parr. Como es fácil notar, las razones de esta
separación fueron muy poco «teológicas».
Contra los católicos que quisieron seguir siendo fieles al Papa, se desató una violenta persecución, en la que se dio muerte a 21 obispos, a más de 500 sacerdotes y más de 72 mil fieles. Entre estos últimos aparece el nombre de Tomás Moro, el canciller del reino, que después fue canonizado por la Iglesia Católica.
DOCTRINA
• El Rey (o la Reina) de Inglaterra es el Jefe de
la Iglesia Anglicana (anglicana-inglesa).
• Aparte de esto, lo demás es igual a la
Iglesia Católica. Hay solamente alguna diferencia notable en la
interpretación de ciertos sacramentos, como vemos a
continuación.
• El matrimonio no es indisoluble, se admite el
divorcio.
• La confesión es una mera
declaración del perdón concedido por Dios. La Iglesia
Católica enseña que el ministro perdona en nombre de
Dios: «A quienes perdonen los pecados, queden perdonados, y a
quienes no los perdonen, queden sin perdonar» (Jn 20,23).
• Jesús está espiritualmente presente en
el pan y el vino consagrados. La Iglesia Católica
enseña que Jesús está totalmente presente con su
cuerpo, sangre, alma y divinidad, bajo las formas del pan y del vino.
• Con relación al orden sacerdotal, los
anglicanos, al separarse del Papa, contaban con verdaderos obispos y
sacerdotes, aunque actuaban ilícitamente. Sin embargo, en 1559
la Reina Isabel nombró a Matías Parker, que no era
obispo, como titular de la sede de Canterbury y su representante sobre
la Iglesia Anglicana. No siendo obispo, ¿cómo
podía consagrar a sacerdotes y obispos y mandar sobre ellos?
Así que, después de estudios históricos, el Papa
León XIII en el año 1880 declaró interrumpida la
sucesión apostólica en la Iglesia Anglicana, por lo cual
sus obispos y sacerdotes no son ni lícitamente ni
válidamente consagrados.
• Tienen un fuerte sentido ecuménico, puesto en
dificultad por haber aceptado últimamente la ordenación
de mujeres.
• En América Latina son proselitistas, como muchos otros grupos que pertenecen al protestantismo histórico.
ORGANIZACIÓN
• Por encima está el Rey o la Reina; sigue
el Parlamento inglés; después viene
el arzobispo
de Canterbury.
• Se dividen en diócesis, bajo el régimen
de un obispo, y parroquias, guiadas por un párroco.
• Existen comunidades religiosas masculinas y femeninas. En todo esto se nota su afán de proclamar su catolicidad y diferenciarse del protestantismo.
• El culto oficial se rige por el «Libro de la Oración Común», cuya compilación fue iniciada por Thomas Cranmer y Nicholas Ridley. Contiene el Devocionario oficial, el ritual de ceremonias y partes bíblicas que usan en el calendario litúrgico.