BEATA ANGELINA DE
MARSCIANO
14 de julio
1435 d.C.
Nació en Monte Giove cerca de Orvieto en Umbría, en el
seno de una familia de la nobleza; su padre era el conde Giacomo di
Binolo. Se casó por obediencia a los 15 años con Giovanni
de Termis, cuando en 1393 su padre la obligó a casarse, Dios le
envió la misma noche de las bodas a su ángel para
protegerla. Sorprendida por su esposo en conversación con el
celestial mensajero, le reveló el secreto de su alma pura y
él juró imitarla. Trasladándose con su marido a
Civitella d’Abruzo, se quedo viuda a los diecisiete años.
Distribuyó sus bienes entre los pobres. Se hizo, junto con
numerosas amigas, Terciaria franciscana. Pero el asunto suscitó
las iras de los Feudatarios, que indujeron a Ladislao, rey de
Nápoles, a decretarle el destierro junto con sus
compañeras.
Habiendo partido con éstas de Civitella, el 31 de julio
llegó a Asís y fue a visitar las tumbas de San Francisco
y santa Clara. De allí se fue a Foligno, donde en 1397, con sus
compañeras emitió los tres votos evangélicos de
obediencia, pobreza y castidad. Así surgía el primer
núcleo de Hermanas Terciarias Franciscanas Regulares. Al primer
monasterio dedicado a Santa Ana, le siguieron otros: en Asís en
1421, en Viterbo en 1427, en Florencia en 1429, en Rieti y en otros
lugares. En 1430 el papa Martín V, que había reunido
todos estos monasterios bajo una única superiora general, puso
la nueva institución bajo la jurisdicción de los Hermanos
Menores, asignándole como finalidad específica la
educación e instrucción de la juventud femenina. Obtuvo
la aprobación del papa Bonifacio IX en 1403. Angelina, al sentir
acercarse la última hora, quiso hacer la confesión
general. Recibió devotamente los últimos sacramentos y
exhortó a sus hijas a observar fielmente la regla franciscana.
Después de haberles dado la última bendición,
entró en un éxtasis delicioso. Murió en el
monasterio de Santa Ana de Foligno, a la edad de 58 años. Su
rostro se puso brillante con un esplendor maravilloso, y su celda se
llenó de un aroma celestial. Se le hicieron solemnes funerales
con participación del Obispo y de todas las autoridades, y fue
sepultada en a iglesia de los franciscanos de Foligno. En 1492, al
exhumar su cuerpo, fue hallado incorrupto. Aprobó su culto
León XII el 8 de marzo de 1825.