BEATO ANDRÉS
GÓMEZ SÁEZ
1 de enero
1937 d.C.
Nació en Bicorp, Valencia. Del aspirantado salesiano de
Sarriá-Barcelona pasó al noviciado de Carabanchel Alto
(Madrid), donde profesó en 1914. Fue ordenado presbítero
en Orense en 1925. Durante el sexenio 1925-1931, don Andrés no
figura en el catálogo de la Sociedad Salesiana, salvo el curso
1927-28, en que, como sacerdote, consta en la comunidad de Baracaldo,
aunque lo más probable es que no estuviera allí dicho
año, porque desde su ordenación formaba parte del clero
de la diócesis de Orense. Regresaría a la
Congregación en 1931, permaneciendo en el colegio María
Auxiliadora de Santander desde ese año hasta 1936, excepto el
curso 1933-34, que estuvo en La Coruña.
Autorizada por el
director la disolución de la comunidad, don Andrés se
hospedó en una fonda de la calle Atarazanas, por los alrededores
de la catedral. Durante los primeros meses de la guerra subía
frecuentemente por el colegio. Cambiaba impresiones con los salesianos
que se habían quedado allí, atendiendo a la colonia
infantil, y comentaba los sucesos acaecidos en la ciudad. Cuando
evacuaron la colonia y los salesianos se dispersaron por la ciudad,
todavía mantuvo contacto con algunos; los visitaba en su
domicilio y él, a su vez, recibía visita de ellos. Parece
ser que su residencia, cercana a la catedral, le daba oportunidad de
ejercer su ministerio, al menos ocasionalmente.
Lo único que se sabe es que el día primero del año
1937, después de comer, don Andrés salió a pasear
por el muelle. Cuando se encontraba observando las lanchas que
hacían la travesía de Pedreña, dos milicianos se
le acercaron y le detuvieron. No se han podido averiguar más
detalles sobre su desaparición. Lo más probable es que
aquella misma noche del día 1 de enero de 1937 lo llevaran al
faro y lo precipitaran por el acantilado. Era el género de
martirio mayormente usado en Santander. Para algunas víctimas,
el tormento sanguinario o la muerte precedían al
despeñamiento; otras eran precipitadas vivas, con las manos
atadas. Fue beatificado por Benedicto XVI el 28 de octubre de 2007.