BEATO ANDRÉS
CACCIOLI
3 de junio
1254 d.C.
Nació en Spello junto Asís (Umbría). Fue ordenado
sacerdote; en 1223, conoció a san Francisco de Asís y
renunció a todas sus prebendas dándoselas a los pobres,
así se convirtió en unos de los primeros 72 seguidores
del santo de Asís. De san Francisco imitó especialmente
el espíritu de pobreza, y el 3 de octubre de 1226 tuvo la dicha
de asistir al tránsito de Francisco. En 1233 estuvo en
España, donde tomó parte en el Capítulo de Soria y
obtuvo con sus oraciones una lluvia providencial para aquella tierra
afectada por una prolongada sequía. Igual milagro hizo en
Spello. Sostuvo una rígida interpretación de la regla
contra las innovaciones de fray Elías y por esta razón
fue perseguido y encarcelado.
Vivió también en el eremitorio de Las
Cárceles en Asís, en gran penitencia y austeridad.
Atendía sólo a la contemplación de las cosas del
cielo, al cual se sentía ya cercano. Las horas libres de los
actos comunes las pasaba en una gruta separado del resto del mundo,
únicamente dedicado a la oración ferviente. Varias veces
fue favorecido con celestiales apariciones y su espíritu
probó dulzuras indescriptibles. Un día Jesús se le
apareció en forma de niño, resplandeciente de belleza.
Estaban en dulces conversaciones cuando sonó la campana que
llamaba a los religiosos al coro para la recitación de
Vísperas. Andrés, por espíritu de obediencia,
suspendió la conversación para unirse a sus cohermanos.
Terminadas vísperas, regresó a su retiro y con gran
alegría encontró al niño Jesús, el cual le
dijo: "Hiciste bien al obedecer: pronto te llamaré a mí".
Era el feliz anuncio de su próxima muerte.
En 1248 volvió al convento de San Andrés, de
Spello, donde fue encargado de la dirección espiritual de las
Clarisas. Obtuvo de santa Clara que fuera enviada como abadesa de
Spello Pacífica Guelfuccio, tía y una de las primeras y
más ilustres discípulas de santa Clara. Con la ayuda y el
consejo de Andrés la comunidad de las Damas Pobres de la Dama
Pobreza aumentó en número y fervor, renunció a la
regla mitigada del cardenal Hugolino para seguir la compuesta por san
Francisco para las primeras religiosas amantes de la pobreza. De esta
manera el monasterio de Spello vino a ser pronto una de las casas
más florecientes de la Orden.
En Spello, Andrés esperó sereno la
invitación para volar a la patria celestial. Rico de
méritos y glorioso por su ardiente apostolado en medio del
pueblo, realizado por medio de la predicación de muchos
años, recibió con edificante piedad los últimos
sacramentos, y se durmió plácidamente en el Señor;
tenía 60 años de edad. Las antiguas crónicas
franciscanas lo llaman máximo predicador y taumaturgo, recuerdan
su caridad y obediencia ejemplares. Se distinguió por su fervor
eucarístico, una tierna devoción a la Santísima
Virgen y la contemplación de la Pasión y muerte de
Jesús. Su cuerpo se venera en la iglesia de San Andrés,
en Spello. Su culto fue confirmado el 25 de julio de 1738 por el
Papa Clemente XII. Fue elegido copatrono de su ciudad en 1360.