BEATA ANA DE SAN
BARTOLOMÉ
7 de junio
16126 d.C.
Ana
García nació en Almendral de la Cañada (Toledo) en
el seno de una familia de pastores muy devotos. Era la sexta de siete
hermanos. Cuando contaba 10 años murieron sus padres y
quedó a la tutela de sus hermanos mayores. La dedicaron a
guardar el rebaño familiar. Cuando cumplió los 21
años, sus hermanos quisieron casarla, pero ella se opuso
alegando sus promesas de virginidad perpetua, aunque su insistencia fue
tan fuerte que casi la hicieron claudicar, pero nos cuenta en su
"Autobiografía" que
se le apareció Cristo que le dijo: "Yo soy el que tu quieres y
conmigo te has de casar". Tuvo que esperar un año para poder
ingresar en el convento de San José de Ávila, pues tuvo
toda suerte de enfermedades, hasta que una visita a la ermita de San
Bartolomé le devolvió la salud, por ello eligió
este nombre en agradecimiento al santo, cuando ingresó en el
Carmelo.
Fue la primera en ingresar en el convento de San
José de Ávila, reformado de santa Teresa de Jesús,
como hermana lega (1570), pues no sabía ni leer ni escribir;
para luego secundarla en la reforma del Carmelo. Ana se entregó
de lleno a la vida del noviciado siendo modelo para todas las
demás religiosas. Santa Teresa para probarla en la humildad le
ordenó que se entregara a los más humildes oficios:
portera, cocinera, enfermera y la hizo su misma "secretaria" y ella,
que apenas sabía leer ni escribir, lo realizó de modo
maravilloso. Aunque estuvo siempre muy enferma, la
acompañó por diversas fundaciones: Medina, Valladolid,
Alba, Salamanca, donde aprendió a escribir copiando las cartas
de santa Teresa… Ana fue quien asistió en la última hora
a su fundadora en Alba de Tormes. Extendió la obra teresiana por
Andalucía como priora de Granada, a petición suya
explicó san Juan de la Cruz su "Cántico
espiritual" y publicó fray Luis de León las
"Obras" de santa Teresa. Fundó en Madrid.
Después de miles de peripecias las carmelitas llegaron a
París en 1604, la priora era Ana de Jesús, y nuestra
beata iba de hermana lega. Comenzaron con tensiones con Pedro de
Berulle por problemas de jurisdicción eclesial. Ana de San
Bartolomé dejó de ser lega, por orden de la
jurisdicción eclesiástica, cosa que desagrado a Ana de
Jesús. De hecho la querían monja de coro para que pudiera
ser priora de nuevos carmelos. Fue priora de Pontoise, de París,
sustituyendo a Ana de Jesús, en todos los lugares donde estuvo
fue amada y admirada por todos y sus monjas, por su amabilidad y
sencillez; aunque hubo sacerdotes que metieron cizaña entre la
comunidad para que no la hicieran caso por ser extranjera. Todo lo
soportó con espíritu de caridad y amor. En 1608 fue
enviada a la nueva fundación de Tours y después de tres
años regresó a París; aquí mantuvo
relaciones con grandes personalidades como la reina de Francia,
María de Médicis, y con la archiduquesa de los
Países Bajos, hija de Felipe II, Isabel Clara Eugenia, que
contó con ella para todo hasta para el gobierno de sus estados y
la defensa de los mismos.
En el 611 marchó a Flandes, donde fundó en
Amberes, y sus oraciones salvaron a la ciudad dos veces de ser tomada
por los insurrectos. Allí editó en latín, flamenco
y castellano las obras de la santa abulense. El Espíritu Santo
le concedió el don de entender el francés y el flamenco,
a pesar de que sólo hablaba castellano. Sus fundaciones
continuaron en Lovaina, Mons, Cracovia y Amberes. Falleció en
Bruselas después de haber escrito una "Autobiografía",
"Instrucciones para las religiosas" y "Poesía de la Cruz".
Le había dicho a Cristo: "Señor, cuando me
llevéis, que sea sin ruido". Fue beatificada el 6 de mayo
de 1917 por SS Benedicto XV.