BEATO AMEDEO DE
CLERMONT
1150 d.C.
13 de enero
Amadeo era
descendiente de la casa real de Franconia y había nacido en el
castillo de Chatte del Delfinado en 1110. Cuando tenía ocho
años, su padre, Amadeo de Clermont, señor de Hauterive,
tomó el hábito religioso en la abadía cisterciense
de Bonnevaux. El santo fue al mismo convento a proseguir su
educación, pero al poco tiempo pasó, con su padre, a
Cluny. Amadeo de Clermont volvió más tarde al austero
convento cisterciense, en tanto que el joven sirvió durante
algún tiempo en la corte del emperador Enrique V. Después
tomó el hábito religioso en Claraval, donde vivió
catorce años. En 1139, el abad de Hautecombe de Saboya se
retiró del cargo, y san Bernardo nombró a san Amadeo para
sustituirle. El monasterio había adoptado la reforma apenas
cuatro años antes y sus finanzas se hallaban en un estado
lamentable. San Amadeo animó a la comunidad a soportar
gozosamente esas dificultades adicionales, y con una
administración cuidadosa, logró sacar al monasterio del
mal paso.
En 1144, se vio obligado a aceptar, por orden del Papa
Lucio II, la sede de Lausana, donde se encontró pronto envuelto
en luchas con los nobles y fracasó en su intento de persuadir al
emperador Conrado para que acudiese en ayuda del Papa contra Pierleone.
Cuando Amadeo III, duque de Saboya, partió a la segunda Cruzada,
san Amadeo fue nombrado corregente con Humberto, el hijo del duque.
Cuatro años antes de su muerte, Federico Barbarroja le hizo
canciller de Borgoña. Nicolás, el secretario de san
Bernardo, habla en términos muy elogiosos de la virtud de este
activo prelado. Su antiquísimo culto fue aprobado en 1903.
Existen todavía muchos sermones del Santo.