1654 d.C.
3 de octubre
Junto al río
Uruaçu, cerca de Natal, en Brasil, Santos Ambrosio Francisco Ferro,
presbítero, y compañeros, mártires, que dieron la vida
víctimas de la opresión que se desencadenó contra la
fe católica. Sus nombres son: Santos Antonio Baracho, Antonio Vilela
Cid, Antonio Vilela hijo y su hija, Diego Pereira, Manuel Rodrigues Moura
y su esposa, hija de Francisco Dias hijo, Francisco de Bastos, Francisco
Mendes Pereira, Juan da Silveira, Juan Lostau Navarro, Juan Martins y siete
jóvenes, José do Porto, Mateo Moreira, Simón Correia,
Esteban Machado de Miranda y dos hijas suyas, Vicente de Souza Pereira.
Ambrósio Francisco Ferro, sacerdote de la diócesis de Natal en Brasil, buscó refugio junto a los fieles de la parroquia de Nuestra Señora de la Presentación, confiada a él, tras la masacre que tuvo lugar el 16 de julio de 1645 en la iglesia. de Nuestra Señora de las Velas en Cunhaú. Bloqueados por las autoridades holandesas, de confesión calvinista, el párroco y los fieles fueron conducidos a la orilla del río Uruaçu: fueron torturados durante mucho tiempo y murieron a raíz de la tortura. Don Ambrósio devolvió su alma a Dios el 3 de octubre de 1645. De sus compañeros, sólo se conocen 15 nombres, mientras que el resto eran sus familiares. Su causa estaba unida a la del padre André de Soveral y Domingos Carvalho, entre los asesinados el 16 de julio de 1645: los 30 fueron beatificados el 5 de marzo de 2000 y canonizados el domingo 15 de octubre de 2017.
Ambrósio Francisco Ferro, sacerdote de la diócesis de Natal en Brasil, buscó refugio junto a los fieles de la parroquia de Nuestra Señora de la Presentación, confiada a él, tras la masacre que tuvo lugar el 16 de julio de 1645 en la iglesia. de Nuestra Señora de las Velas en Cunhaú. Bloqueados por las autoridades holandesas, de confesión calvinista, el párroco y los fieles fueron conducidos a la orilla del río Uruaçu: fueron torturados durante mucho tiempo y murieron a raíz de la tortura. Don Ambrósio devolvió su alma a Dios el 3 de octubre de 1645. De sus compañeros, sólo se conocen 15 nombres, mientras que el resto eran sus familiares. Su causa estaba unida a la del padre André de Soveral y Domingos Carvalho, entre los asesinados el 16 de julio de 1645: los 30 fueron beatificados el 5 de marzo de 2000 y canonizados el domingo 15 de octubre de 2017.