BEATO AMADO AMALRICH RASCLOSA
1936 d.C.
26 de julio



Nació el 28 de abril de 1912 en Celrá (Gerona)

Profesó el 15 de agosto de 1928

Fusilado el 26 de julio de 1936 en Lérida


El Estudiante Amado Amalrich nació el 28 de abril de 1912 en el pueblo de Celrá de la provincia y diócesis de Gerona y fue bautizado el 5 de mayo siguiente en la iglesia parroquial de San Félix.

Sus padres fueron D. Narciso Amalrich y Dª. Hermenegilda Rasclosa,

Ingresó en el postulantado de Cervera el 8 de febrero de 1923. En el verano de ese año fue a Vich para continuar los estudios de Humanidades, donde tuvo como prefecto al P. Jaime Girón. En 1925 marchó del seminario a su casa por enfermedad, pero en abril del año siguiente volvió a Cervera para reanudar los estudios sin dificultad pues tenía un gran talento obteniendo sobresaliente en todas las asignaturas.

En el verano de 1927 volvió a Vich para hacer el noviciado bajo la dirección del P. Ramón Ribera. Tomó el hábito el 14 de agosto de ese año y profesó el 15 de agosto del año siguiente.

El día 17 agosto de 1928 llegó a Solsona para cursar la filosofía, donde el prefecto era el P. Felipe Calvo.  Los estudios de filosofía se hacían sobre los libros del P. Gredt, profesor benedictino del «Anselmianum» de Roma. A mediados de junio de 1930, a causa de una enfermedad se trasladó a Cervera.  En la segunda mitad de septiembre volvió a Solsona para continuar los estudios.

Acabados los estudios de filosofía, el 28 de agosto de 1931 se trasladó a Cervera para continuar con los estudios de la teología. El viaje fue así: «Pareció conveniente a última hora que fueran vestidos de paisano aprovechando los trajes de seglar que semanas atrás se adquirieron por imposición de las circunstancias». ¡Los signos de los tiempos!

Al poco tiempo tuvo que abandonar los estudios por enfermedad y fue enviado a la casa de Gracia, Barcelona. En septiembre de 1934 volvió a Solsona para iniciar el primer curso de teología. Al año siguiente volvió a Cervera para continuar la teología, teniendo como prefecto al P. Felipe Calvo. Cuando fue a la revisión militar le declararon inútil.

En los informes del maestro de novicios se confirman sus buenas cualidades intelectuales, su seriedad, pero se ponen en duda otras, como su carácter frío y poco comunicativo. Poco a poco fue mejorando y progresando en virtud. Este progreso se puede observar en los informes del P. Provincial de 1935, donde se indica su delicada salud, sus buenas cualidades intelectuales y artísticas, su buen comportamiento como religioso, observante y obediente, y su piedad y caridad.

Martirio. Formaba parte del grupo de estudiantes encargado al P. Manuel Jové.

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(Parroquia San Martín de Porres)