BEATA ALPHONSE-MARIE SPINGGER
31 de julio
1867 d.C.



   Nació el 9 de septiembre de 1814 en el Balneario de Niederbronn, en el norte del Alsacia (Francia) en una familia de modestos campesinos. Era la primera de once niños, crece en un ambiente de familia, de parroquia y de aldea; de salud frágil, conoce la prueba de la enfermedad durante su juventud. Elizabeth, dotada de personalidad fuerte y de una gran sensibilidad, quiere sobre todo “conocer a Dios, amarle y agradarle”.

    En los años de su enfermedad Elizabeth vive una experiencia espiritual muy fuerte. Alrededor del año 1846 su intimidad con Dios causa admiración de cuantos la rodean. El Padre Juan David Reichard, párroco de Niederbronn desde 1823, es testigo privilegiado de todos los acontecimientos. Sorprendido por aquello que pasa durante la enfermedad de Elizabeth se siente obligado de informar a su obispo, Monseñor Andrés Räss, obispo de Estrasburgo desde 1842 a 1887, quien se interesa por todo lo que concierne a Elizabeth. Va personalmente a Niederbronn en Julio de 1848 y se muestra convencido del destino particular reservado a esta joven Cristiana.

   Atraída a contemplar a Jesucristo, particularmente en su Vida y en su Pasión, Elizabeth descubre la manifestación del amor de Dios ofrecido a todos los hombres. Más por propia experiencia sabe que el sufrimiento, cualquiera que sea la causa de su origen, puede impedir encontrar a este amor. Por eso se siente impulsada a consagrarse a Dios para aliviar los sufrimientos y todos los males de los hombres en su cuerpo y en su alma. Esta intuición que ha experimentado el corazón de Elizabeth llega a ser el fundamento de su obra. Durante el año 1848 se siente llamada a fundar un instituto religioso con el apoyo del cura párroco de su pueblo. Con una fe profunda el Padre Reichard se compromete en la realización de este proyecto aprobado por Monseñor Räss.



 Fundación

   En el contexto de caos social y político del siglo XIX, dar a conocer el amor de Dios y comprometer su vida para responder a las aspiraciones y los anhelos que habitan en el corazón de todo hombre, más el reconocimiento de su dignidad, paz y felicidad marca a muchas Congregaciones fundadas en estas circunstancias de la época. Esto también es válido para la primera comunidad de Elizabeth Eppinger formada con algunas jóvenes compañeras el 28. de agosto de 1849 en Niederbronn. La orientación en los servicios de la comunidad ya se muestra en las primeras acciones de las Hnas. con la asistencia a los enfermos pobres en sus casas y la disponibilidad para con todos sin distinción de condiciones sociales y de religión. Así Elizabeth Eppinger pasa a ser la Madre Alfons María, primera Superiora General.

   Las comunidades se multiplican a medida que las parroquias y las Comunas las solicitan en Francia, Alemania, Austria y Hungría con una apertura cada vez mayor a la diversidad de culturas, condiciones de vida y necesidades manifestadas.

   Durante 18 años, Madre Alfons María, transmite a mujeres y jóvenes de diversas nacionalidades su deseo ardiente de dar a conocer el amor de Jesucristo Redentor a todos los hombres, a través de gestos, actitudes y servicios variados que alivien el sufrimiento y despierten esperanza. La misión de las Hnas. del Divino Redentor fue confirmada por la Iglesia en el año 1866.

   En el mes de julio de 1867 el Padre Reichard y la Madre Alfons María fallecen para estar junto a Dios con una diferencia de pocos días. El testimonio de la Madre Alfons María permanece como un fruto de la Gracia dentro de un corazón disponible para el amor de Dios.

   El 26 de enero de 2018 el Santo Padre Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto relativo a un milagro, atribuido a la intercesión de la Venerable Sierva de Dios Alphonse-Marie Eppinger.

 
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(Parroquia San Martín de Porres)