BEATO ALFREDO PARTE
SAIZ
27 de diciembre
1936 d.C.
Nació en Cilleruelo de Bricia (Burgos). Desde muy niño
sintió la vocación escolapia; profesó en 1916. Fue
ordenado sacerdote escolapio en Palencia en 1928. Una enfermedad en el
fémur le dejó cojo cuando tenía 18 años.
Eso le impidió compartir el deporte con sus alumnos, expresando
el carácter alegre que tenía. Además, esa
enfermedad originó una de las anécdotas más
significativas y espontáneas de su martirio. Viéndole
cojo los milicianos, quisieron ayudarle a subir a la cubierta del barco
para fusilarle. A lo que él respondió. "Hasta ahora he
necesitado cachava, pero para subir hacia Dios no necesito cachava”. Y
la arrojó, trepando como pudo hasta la cubierta.
Ejerció el
ministerio calasancio en Villacarriedo. Fue un hombre franco, claro,
sencillo, natural, buen compañero y con gran sentido del humor.
Fue profesor de mecanografía y taquigrafía. Fue director
del internado y procurador de la casa.
Cuando estalló la guerra civil, se encontraba en su pueblo
pasando las vacaciones, pero al enterarse de la persecución
hacia los religiosos regresó a Villacarriedo, y de allí
pasó a Santander, donde en ningún momento quiso renunciar
a vestir el hábito y declararse sacerdote escolapio. Antes de
morir dijo: "Haga saber a los escolapios que muero porque quiero. Deseo
dar mi vida por Dios y por las Escuelas Pías". Murió en
la nave prisión "Alfonso Pérez", atracada en el puerto de
Santander, de un tiro en la nuca. Fue beatificado con el grupo de
escolapios por SS Juan Pablo II en 1995.