Oh
Espíritu Santo, ayúdame a cumplir mi compromiso,
concédeme todas las gracias; planta y cultiva en mí el
árbol de la vida verdadera que es la amabilísima
María para que crezca y dé flores y frutos abundantes.
Oh Espíritu Santo, concédeme amar y venerar a
María tu esposa fidelísima, apoyarme en su amparo
maternal y recurrir a Ella confiadamente en toda circunstancia. Forma
con Ella en mí a Jesucristo hasta la plena madurez espiritual (cf. Ef.
4,13). Amén.