BEATO AGUSTÍN
NOVELLO
19 de mayo
1310 d.C.
Nació en “castro Taranum vocato” (algunos autores la identifican
como Taormina de Sicilia, Tarano in Sabina o Términi), en el
seno de una familia catalana y se llamaba Mateo. Después de
haber conseguido el doctorado en leyes en Bolonia fue nombrado
canciller del rey Manfredo de Sicilia. Dado por muerto en la batalla de
Benevento (1266) se curó de sus heridas y parece que
prometió que se haría religioso si se curaba.
Ingresó en los ermitaños agustinos como hermano lego, con
el nombre de Agustín (se le llama “Novello” para distinguirlo de
otros santos llamados “Agustín” más antiguos).
Pasó a vivir en los eremitorios que existían
en los entornos de Siena. Mientras se encontraba en el eremitorio de
Rosia fueron descubiertas sus grandes dotes al escribir una breve
memoria en defensa de los derechos de la comunidad y le fue ordenado
que aceptase el presbiterado; fue ordenado en Roma. Le encargaron la
redacción de las Constituciones de la Orden. Fue
elegido Penitenciario apostólico del papa Nicolás IV,
cargo que fue reconfirmado por los papas san Celestino V y Bonifacio
VIII. Fue elegido General de su Orden en 1298 y dos años
más tarde renunció y se retiró al eremitorio de
San Leonardo al Lago, junto a Siena, donde llevó una vida de
austera penitencia y de gran fervor religioso hasta su muerte.
Dictó las constituciones para los frailes que asistían a
los enfermos en el hospital de Santa María de la Scala
(Siena). Su culto fue confirmado por el Papa Clemente XIII en 1759.