Nació
en Dobrowice (Krosniewice), en el seno de una familia humilde; su padre
era carpintero. En el año 1923 se recibe de bachiller. Las
vacaciones de aquel verano fueron especiales para Adalberto:
había llegado a los veinte años y desde mucho tiempo
atrás reflexionaba sobre los pasos futuros. Pidió a la
madre que le preparara su ropa y sus efectos personales para ir de
peregrinación a Czestochowa. Allí decidió su
ingreso como Sacerdote de la Congregación de San Miguel
Arcángel (Miguelitos).
En1924 Adalberto
hizo sus primeros votos religiosos. Luego fue enviado a Miejsce
Piastowe para continuar los estudios secundarios, para acompañar
a los jóvenes de la casa de educación y darles clases de
catecismo. Los estudios de Filosofía y de Teología los
hizo en la Universidad Jagelloniana de Cracovia. El 20 de julio de
1932, día ansiosamente esperado, fue ordenado sacerdote por el
obispo Estanislao Rospond.
En Miejsce
Piastowe, allá por el año 1933, funcionaba un
politécnico y una escuela primaria con 200 alumnos, y a este
lugar fue enviado el padre Adalberto. En ambas instituciones se notaba
una marcada desorganización, que echaba por tierra el bien
ganado prestigio de los talleres y la seriedad de los planes educativos.
Fue tanta la
responsabilidad puesta al servicio de Miejsce Piastowe que sólo
después de tres años pudo tomarse unas cortas
vacaciones. Luego, a mediados de 1937, fue enviado a Cracovia
para hacerse cargo de la imprenta "Templanza y Trabajo", fundada en el
año 1927.
Con el
comienzo de la guerra, el 1 de septiembre de 1939, muchos de los
obreros fueron convocados; otros, asustados, abandonaron sus tareas,
así que fue a partir de noviembre que la imprenta pudo reabrir
sus puertas. Hasta su encarcelamiento, que tuvo lugar a fines de junio
de 1941, Adalberto tenía a su cargo la mayor parte de las
publicaciones de la Universidad Jagelloniana, del obispado de Cracovia,
de algunas congregaciones religiosas y de varias y reconocidas
editoriales.
Comenzó
un tiempo de terror y persecuciones, en primer lugar para los
sacerdotes e intelectuales polacos. El dirigente del Tercer Reich,
buscando apoyo para sus fines criminales, invocó a Dios
escribiendo estas palabras: "Gott mit uns" (Dios con nosotros).
Polonia entró en las catacumbas para integrar la
resistencia.
La
reacción de la Gestapo no se hizo esperar demasiado: en junio de
1941 allanó la imprenta "Templanza y Trabajo" e investigó
a todo su personal. En los
últimos días del mismo mes, a raíz de una denuncia
fue arrestado Miguel Paslawski, director técnico de la imprenta.
En ese momento no se encontraba presente Adalberto, y cuando
regresó los obreros le suplicaron que escapara y se escondiera
para evitar la prisión, pero él dijo: No escaparé,
prefiero sufrir yo a exponer la congregación o a otros a las
persecuciones.
Este siguiente
signo fue su arresto, que pudo pero no quiso evitar. Sí sabemos
por Casimiro Tymieski, otro prisionero, que fue enviado a la celda 148
de la "famosa" cárcel cracoviana de Montelupich.
Los pocos informes
sobre su estada en la cárcel y su traslado a Auschwitz los
dejó Casimiro Tymieski, en un libro titulado "Los
números hablan", diciendo que el 10 de enero de 1942 fuimos
sacados de nuestra celda Adalberto, otro sacerdote más, y yo.
Los tres, con otros veinticuatro encarcelados, fuimos llevados al campo
de trabajos forzados. Sin embargo, éste no era un campo de
trabajo, sino de exterminio y de muerte.
Su muerte fue
causada probablemente por los "baños mortíferos", aunque
algunas versiones dicen que fue ahogado en una cuba y otras que fue
fusilado. Los prisioneros, después de cumplir su trabajo, eran
sometidos a una ducha de agua fría y luego se los hacía
correr desnudos por el patio a pesar de las bajas temperaturas y de la
nieve. Luego regresaban al baño para recibir una ducha caliente
y seguidamente una helada, torturas que eran practicadas por los nazis,
sobre todo, en los meses de enero y febrero.
El organismo
del padre Adalberto, ya totalmente agotado por las condiciones de vida
en el campo de concentración, no pudo soportar estos terribles
cambios de temperatura. Debe haber sobrevenido, pues, la
pulmonía y con ella la muerte, tal cual confirmaban los
telegramas.
Casimiro
Tyminski, el compañero de Montelupich y luego sobreviviente de
Auchwitz, cuenta que el padre Adalberto prestaba diferentes servicios
pastorales y espirituales a los prisioneros, y con su espíritu
de paz, de oración y generosidad se ganaba su respeto. Este
prisionero, cada vez que veía a Adalberto, sentía
"cómo su espíritu se levantaba". Su cuerpo fue
incinerado. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 13 de junio de
1999.