CAÍN Y ABEL
Vocabulario bíblico
Seguramente la historia de
Caín, padre de los cainitas o quenitas, tribu nómada que habitaba
al sur de Palestina, existió inicialmente como relato independiente.
La historia se desarrolla en el contexto de una civilización, en la
que ya existían pastores y agricultores; en el que ya existían
otros hombres que pudieran dar muerte a Caín (Gen 4, 14); en la que
ya se ofrecían sacrificios y era conocido el Dios Yavé...;
cosas todas ellas inexistentes e inexplicables en los comienzos de la humanidad.
Ha sido el autor del Génesis, quien tomó la narración
de su marco profano inicial y lo insertó en la actual historia bíblica
de la salvación con fines teológicos. La intención teológica
del autor sagrado parece doble. Primero, demostrar que Dios no abandona nunca
a sus cristuras. Caín ha cometido un crimen muy grave dando muerte
a su hermano Abel, por lo cual Dios le impone un castigo, pero no lo deja
abandonado a su suerte, sino que lo marca con una señal protectoras
para que nadie le haga daño (Gn 4, 1-15). Segundo, al colocar la historia
de Caín después del episodio del paraíso, donde el hombre
rompió con Dios (Gn 3), el autor quiere decir que a la rebelión
y a la ruptura del hombre con Dios sigue automáticamente la ruptura
mutua entre los hombres. Igualmente el NT hace del amor a Dios y a los hermanos,
un binomio inseperable e indisoluble (Mt 22, 36-40).